Aprendiendo a Perdonar
Aprender a perdonar es un proceso que requiere tener, una autoestima sana, amor, comprensión y capacidad de decisión. Cuando una persona perdona a quien le ha hecho daño, se libera de la tensión, el malestar, el dolor, la tristeza y el rencor que pudiera experimentar en su interior. La persona a la que te resistes a perdonar no sufre las consecuencias de tu falta de perdón, por el contrario, el que más sufre por no darlo eres tú, que vives con una enorme carga emocional negativa, que pesa y no te permite disfrutar de las cosas bonitas y buenas que tiene tu vida.
Antes de comprometernos a trabajar en el perdón, deberíamos preguntarnos si estamos en verdad dispuestos y listos para aceptar o sucedido, a pasar la página, y a colocarnos en el lugar de la otra persona para comprender su comportamiento desde su realidad, para dejar salir la ira, sanar nuestras heridas afectivas, tomar la decisión de soltarnos de ese recuerdo y darnos una oportunidad de iniciar un nuevo capítulo en nuestra vida, sin a que nos vuelva a pasar… porque solo así, podremos obtener el alivio integral que nos permita realmente poner ese recuerdo a donde pertenece: en el pasado, para volver a conectarnos con la felicidad.
Perdonar no significa olvidar, sino soltar las emociones y los pensamientos negativos que nos mantienen atados al recuerdo de lo sucedido. Ese evento siempre formará parte de nuestra historia de vida, solo que al perdonar, podremos recordarlo sin emociones e ideas o deseos negativos.
Cuando perdonamos desde el corazón, usamos nuestro amor para ampliar la comprensión del otro y de su historia de vida, llegando a la conclusión en la mayoría de los casos, de que no pudieron comportarse de otra manera en ese momento porque no tenías, los valores, o la madurez, la experiencia, el conocimiento o no recibieron el ejemplo, la educación o el amor que necesitaban para haber actuado de una mejor manera. Los comprendemos pero no los justificamos, porque cometieron un error, grave, difícil y doloroso por sus consecuencias. Entonces, será la vida quien se encargue de ponerlos en la situación apropiada para darse cuenta, reflexionar, revisar y corregir o resarcir sus faltas.
Por otro lado, perdonar, no te obliga a la reconciliación, a menos que tu la desees. Practicar el perdón aun cuando hayas decidido dar por terminada la relación, te ayudará a vaciar tu contenedor interno, de las emociones y los pensamientos negativos que mantienen abiertas tus heridas afectivas, devolviéndote la posibilidad de pasar la página, vivir tu duelo y obtener algún tipo de conclusión o aprendizaje positivo de esa experiencia.
Perdonar a otro, se trata de recuperar tu bienestar, tu paz y tu felicidad, habiéndose liberado de toda la carga mental y emocional negativa, que tenías guardada dentro de ti. Cualquier pensamiento de venganza, te recuerda que todavía hay resentimiento en tu interior, hazte consciente de él y voluntariamente trabaja en el perdón para que puedas transformarlo en amor. Busca recuperar tu paz y ejercer tu derecho a ser feliz.
