Miremos hacia adentro para recuperar la paz
Muchas veces pensamos que para sentir paz, necesitamos hacer un viaje a lugar idílico o lejano, a una montaña o a una playa solitaria, como si la paz verdadera, estuviese en algún lugar afuera de nosotros.
La paz se encuentra dentro de nosotros y en lugar de buscarla afuera, necesitamos aprender a sentirla en nuestro interior. Una de las herramientas que nos permite experimentarla, es la practica de la atención plena, bajar la velocidad, conectar con la respiración conscientemente, ubicarnos en el momento presente, nos ayuda a aquietar la mente, a serenar las emociones y a relajar nuestro cuerpo de las tensiones, entonces sentimos descanso y paz.
La paz no es una ausencia de conflictos o de actividad, es una sensación de balance interior, de serenidad, de bienestar, que experimentamos cuando nos sentimos vivos, en el aquí y ahora, conectados al flujo de la vida en el universo.
Cada vez que lo necesitemos, podemos hacer un alto, cerrar los ojos, conectarnos a la respiración, volver consciente este proceso que es automático, para traer y fijar nuestra atención en el ahora, desconectarnos por unos minutos de los pensamientos que ocupan nuestra mente, apagar el radio mental, hacernos conscientes de cómo nos sentimos realmente, poniéndole un nombre a las emociones que experimentamos, permitiendo que a través de la respiración consciente, todo lo que guardamos y nos produce tensión se libere, conectándonos con la esencia de la vida, la Chispa Divina dentro de nosotros, podremos anclarnos por unos minutos en esta sensación, y sentir paz.
La práctica de la atención plena, nos permite observar sin juzgar, poniendo una especie de distancia saludable entre nosotros y lo que sucede, reconocer nuestros pensamientos y evitar quedar atrapados en ellos, colocar nuestra atención en el presente, en cada cosa que hacemos, liberándonos del estrés que nos suele producir mirar hacia adelante. También, nos ayuda a ser menos reactivos, de manera que podamos elegir como responder o actuar ante las situaciones de vida, para terminar sintiéndonos mas serenos y en paz.
Yo en lo personal, cada vez que siento el calorcito del sol sobre mi, la brisa, la frescura o la fuerza de la naturaleza a mi alrededor, me tomo unos segundos para cerrar los ojos, soltar, conectarme y sentir paz. La practica de la oración y de la meditación también me ayudan a sentir paz, confianza y fortaleza.